viernes, 18 de junio de 2010


Es fácil caminar. Lo difícil es saber si uno va por el camino correcto. Las señales de la ruta lo van guiando a uno, pero en el fondo, no sabemos si estuvimos en lo cierto hasta que no llegamos. Y si allí reconocemos que era lo que habíamos visto en nuestros sueños, nos daremos por satisfechos. Pero tal vez nos desviamos y los caminos nos animaron a seguir y nos detuvimos a disfrutar de las cosas que por allí encontrábamos. Tal vez nos perdimos y no nos dimos cuennta y cuando lo hicimos ya no hubo retroceso porque seguíamos una ruta cortada en la montaña que sólo permitía ir y no volver. Encontrar el camino. Difícil, porque a veces los más transitados resultan llegar a ninguna parte. Y los solitarios no nos dan confianza. Solo sabremos al final si hemos llegado. Y seremos los únicos en saberlo.

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